En este artículo comentaba mi particular visión sobre los eventos que reúnen a los aficionados a la "narrativa gráfica ilustrada".
ENCUENTRO DE
AFICIONADOS
Salón, Festival,
Salón del Manga… Son muchos los nombres que recibe cualquier excusa valida para
reunir en un mismo recinto a todos los que nos apasiona este arte.
Es un fenómeno
relativamente nuevo en nuestro país, que desde los primeros que se organizaron
bajo el título de “Salón internacional del comic y la ilustración” hasta
nuestros días, ha ido evolucionando de formas muy diversas.
A todo aquél
que no viva esto desde dentro lo primero que puede chocarle un poco, si se
acerca a uno de estos eventos, es el ver a gran cantidad de gente deambulando
con atuendos propios de sus personajes o series favoritas. Algo que no debería
de extrañar tanto si lo comparamos con todos aquellos que van, por poner un
ejemplo, a un partido de fútbol ataviados con toda clase de excentricidades o
camisetas con colores de su equipo.
Porque
básicamente se trata de eso, de reunirnos bajo una afición común (Vayamos
disfrazados o no) y vivirla de manera personal.
Cada uno puede
acudir con un interés diferente: Conseguir encontrar esos números perdidos de
tal o cual colección de hace años, que un autor al que admiramos nos firme
algún ejemplar, ver de cerca una página original de algún ilustrador, asistir a
una mesa redonda donde nos hablen del futuro de alguna serie o lograr que un
editor nos publique nuestro trabajo.
Todo esto
dividido en dos grandes grupos, el encuentro con los artistas y su obra o el
enfoque comercial. Uno u otro Salón se mueven casi siempre en el equilibrio
entre estos dos intereses, pues cada vez van mas unidos el coleccionismo de
figuras o reproducciones de diversos artículos de determinadas series (El
llamado “Merchandising”) con el comic en sí. Lo que provoca una abundancia de
espacio dedicado a la venta muy por encima del destinado a otras actividades.
Al mismo
tiempo ha habido una escisión dentro del mundillo provocada por el auge de la narrativa
asiática (Japonesa principalmente) que ha ido ganando un protagonismo propio
dentro de los encuentros dando lugar a la diferenciación entre “Salón del
Comic” o “Salón del Manga”
Se ha creado
una separación total entre lo que se publica en Asia y todo lo demás, de manera
que tienen su propio núcleo de seguidores con una forma totalmente distinta de
vivirlo y que han originado la necesidad de un espacio propio. Y al igual que
su estética personal está fusionándose cada vez más con en el grafismo
occidental, aportándole dinamismo y colorido, sucede lo mismo con los salones. De manera que puede resultar difícil
encontrar un salón del comic donde la presencia de la influencia nipona no vaya
ganando mas terreno.
Todavía
estamos lejos de encontrarnos aquí festivales como el de Angouleme en Francia,
donde es toda una ciudad la que se transforma por completo en los días de su
celebración y por cuyas calles puede uno pasear reconociendo en los nombres de
las mismas a iconos de la historieta europea. O la “Comic Con” de San Diego,
donde se orquesta todo el entramado del enorme mercado de la historieta en
Estados Unidos.
Pero tenemos
Salones como el de Barcelona, Gijón o Granada que van creciendo en cada
certamen. Incrementando en cada evento la presencia de autores y visitantes,
consiguiendo ganar importancia a nivel
internacional y satisfacer las ansias de los aficionados que desde todas partes
se desplazan hasta ellos.
Como Salones
del Manga, en nuestra provincia se celebran anualmente dos, uno en Jerez y otro
en la capital, los cuales gracias al esfuerzo de las asociaciones juveniles que
los organizan van ganando prestigio y nivel de asistencia.
En definitiva
se trata de eso, de estar rodeado de personas que comparten, crean o
distribuyen aquello que nos interesa, divierte y apasiona servido dentro de una
viñeta.
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