Francisco, de Leviatán Cómics. O al menos lo era... Después de mi experiencia como librero y vendiendo los tebeos que hacían otros me propongo hacer algo dentro del mundillo desde el otro lado del mostrador. Aquí quiero mostrar mis trabajos antiguos, actuales y bocetos de próximas ilustraciones. Estoy abierto a críticas, sugerencias e invitaciones a cervezas...



domingo, 3 de agosto de 2014

ARTÍCULOS DE CÓMICS-1: EL COMIC QUE NOS TOCA VIVIR

Hoy la cosa va de leer.
En Diario de Cádiz aparte de las tiras y del chiste para el suplemento "El Conciso" también tuvieron el atrevimiento de dejarme publicar artículos en los que hablaba sobre el cómic, tanto de autores como de las circunstancias que rodean este mundillo endogámico.
No fueron muchos los realizados, en parte porque no tenía demasiado tiempo para dedicarles y por otro lado por las críticas recibidas de los lectores (Y con razón, todo sea dicho).
Saber hablar de un tema no hace que uno sea capaz de escribir del mismo, al igual que saber mucho de una materia no significa que seas buen profesor (A los universitarios me refiero). Cada uno a lo suyo.
De todas formas me arriesgo a incluirlos aquí tal cual con las imágenes de apoyo que seleccioné en su momento. Juzguen ustedes...

EL COMIC QUE NOS TOCA VIVIR

           Hay quienes lo identifican como el noveno arte, pero al margen de las calificaciones habría que reconocer que el comic (o los tebeos, como los conocemos aquí) sigue siendo parte de una cultura marginal al menos en nuestro país. Al contrario de Francia ó Bélgica donde no es raro encontrar anunciados en las paradas de los autobuses los últimos lanzamientos de las novedades mas importantes o en Estados Unidos donde es un fenómeno mediatico mas, aquí sigue teniendo la consideración general de ser algo orientado a la infancia.
          A título personal recuerdo de niño haber oido hasta la saciedad aquella frase de “El que de pequeño lee tebeos de mayor lee libros”. Pues bien, leo libros pero también continúo leyendo comics (Y no estaría seguro de la proporción).
Tuvo grandes momentos en los años ochenta, respaldado por “la movida”, con una gran proliferación de autores y publicaciones donde las obras “underground” de títulos como “Makoki” o revistas como “1984”, “Cimoc” y “Cairo” eran equiparable en produción o aceptación social a los cuadernillos apaisados de los años 50 y 60 de iconos del comic en España como “El guerreo del antifaz” o “El Cachorro”.
          Hoy todo el mundo habla de una época de esplendor, de un resurgimiento del comic en nuestras fronteras, del nacimiento de nuevas editoriales y del afianzamiento de las existentes. Lo cual no es del todo cierto.
Se publica mas que nunca, hay mas ejemplares que nunca en el mercado pero éste se halla copado por obras americanas o asiáticas (Pues la producción coreana y china –los conocidos como “Manhwas”- cada vez se acercan mas a la japonesa) y el comic europeo sigue siendo un pequeño reducto de historias de autor para gente con gustos mas cercanos a la literatura.
Solo algunas editoriales consideradas alternativas o minoritarias (“Astiberri”, “Diavolo” o “Dibbuks”)  o revistas de humor con gran contenido en historietas (“El Jueves”) arriesgan al incluir en sus publicaciones material realizado por nuestros autores.
        La otra alternativa para alguien que quiera considerar esto como un oficio es el trabajar para sellos de otros países, algo mas asequible con las tecnologías actuales.
 Cada vez es mayor la presencia de españoles bajo sellos franco-belgas o americanos, lo cual nos demuestra el gran nivel existente de dibujantes y guionistas que poseemos, nada envidiable en calidad en comparación a todo el material que importamos, pero el problema es que si nos gustan las aventuras de “Spiderman”  da igual de donde sea el autor mientras sean historias del hombre araña y vengan respaldadas por “Marvel”.
El público en general cada vez va conociendo y hablando mas de comics aúnque sea en definitiva gracias a que últimamente proliferan en la pantalla grande adaptaciones tanto de imagen real como de animación (como por ejemplo el honroso caso de “Persépolis”) de títulos muy dispares y tenga como consecuencia que algunos neófitos, picados por la curiosidad, se acerquen a la imagen impresa.
         Pero en definitiva en cuanto a aceptación cultural, el comic aún tiene el estigma de arte minoritario para fieles seguidores que seguimos viendo en él -independientemente de donde venga y quien lo haga, todo es cuestión de gustos- una de las mas placenteras vías de escape. 

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